Hablar del optimismo en las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique parece casi un sarcasmo, pero, una vez que las leemos, se desvanece la perplejidad inicial.
La cabecera de este trabajo nos evoca también el texto de José Ortega y Gasset Del optimismo en Leibniz. Se hace entonces inevitable leer las Coplas desde el optimismo leibniziano. No es, claro está, un optimismo irracional que se niega a ver las calamidades del mundo, sino un optimismo paradójico que considera que, a pesar de todo, vivimos en el mejor de los mundos posibles; un optimismo que abraza la realidad sin regodearse en la tragedia, un optimismo de lo óptimo posible.