20.3.22

Wallerstein y la crisis del Estado-nación

Hace algunos años, la editorial argentina Campo de Ideas distribuyó una serie de pequeños libros bajo el título “Intelectuales”. Estos textos breves y directos se caracterizaban por su estilo conciso, sin párrafos innecesarios, lo que les confería un enfoque didáctico. Su propósito era introducir a los lectores, especialmente a aquellos ajenos al ámbito académico, en la obra de algunos de los pensadores más influyentes del siglo XXI. Hoy, muchos de los autores reseñados en esta colección se perciben como piezas de arqueología intelectual, mientras que otros siguen siendo relevantes y continúan siendo objeto de estudio y reflexión en diversas disciplinas.


El monográfico que Patricia Agosto dedicó en 2003 a Wallerstein, Immanuel Wallerstein y la crisis del Estado-nación, se ha ido ganando cada vez más actualidad, especialmente a medida que los eventos históricos recientes siguen retumbando en el escenario global. Wallerstein, nacido en 1930 y fallecido en 2019, fue un sociólogo estadounidense profundamente influido por la Escuela de Annales y por pensadores como Karl Marx y Max Weber. En 1974, publicó el primer volumen de su obra monumental El moderno sistema mundial, una serie de cuatro volúmenes que, en su momento, introdujo una novedosa perspectiva al utilizar el concepto de "Sistema-Mundo" como un marco desde el cual analizar y comprender las ciencias sociales. Wallerstein fue uno de los pioneros en abordar el mundo moderno como un sistema económico global interconectado, y a medida que el siglo XXI se desplegaba, su figura fue considerada clave dentro de los movimientos altermundistas, especialmente en el contexto de las críticas a la globalización.


Sin embargo, el concepto de globalización ha experimentado una notable transformación en las últimas décadas. Lo que comenzó como un concepto asociado con la crítica y la resistencia, especialmente durante las protestas de Seattle en 1999 y otros movimientos antiglobalización, ha pasado a ser percibido como algo más positivo, incluso progresista, dentro de ciertos círculos. A día de hoy, la globalización no es un tema que se dispute con la misma vehemencia desde el pensamiento dominante, que ha virado hacia preocupaciones más centradas en cuestiones identitarias y subjetivas. Algunos de los que en su momento formaron parte del Movimiento de Resistencia Global (MRG), como aquellos que se manifestaron en contra de los acuerdos neoliberales, hoy se encuentran ocupando cargos políticos clave en iniciativas como la Agenda 2030. Este giro ha desconcertado a muchos, que aún recuerdan el fervor de las protestas de Seattle, la lectura de No Logo de Naomi Klein, y la trágica muerte de Carlo Giuliani. Sin embargo, resulta casi incomprensible cómo aquellos que fueron en algún momento los referentes de un movimiento de resistencia global han terminado abrazando las estructuras del sistema que antes criticaban.


En contraposición, Wallerstein sigue siendo un pensador de la izquierda clásica, crítico del sistema capitalista y de la globalización que lo sustenta. Para él, el problema central sigue siendo la pobreza y la falta de democracia, y la lucha debe centrarse en defender a los desposeídos, los parias económicos, frente a los intereses de aquellos que imponen un discurso progresista que a menudo desvía la atención de los problemas fundamentales hacia cuestiones identitarias o de orden cultural. Lamentablemente, a pesar de su relevancia como uno de los sociólogos más influyentes de nuestra era, la muerte de Wallerstein ha pasado relativamente desapercibida en los medios de comunicación, lo que refleja una desconexión preocupante entre la academia y el ámbito público.


El libro de Patricia Agosto es particularmente valioso, ya que, en tan solo ciento veinte páginas, ofrece una síntesis clara y accesible de los dos principales campos de estudio en los que Wallerstein concentró su trabajo: la historia del sistema-mundo capitalista y el análisis de la epistemología moderna. El primero de estos campos se desarrolla ampliamente a lo largo de los cuatro volúmenes de El moderno sistema mundial, mientras que el segundo se aborda en profundidad en Conocer el mundo, saber el mundo, el fin de lo aprendido: una ciencia social para el siglo XXI. En este sentido, el libro de Agosto proporciona una introducción precisa y comprensible a la obra de Wallerstein, destacando sus contribuciones más relevantes y sus enfoques innovadores.


Además de su claridad expositiva, el texto de Patricia Agosto se complementa con un glosario de términos muy útil, que facilita la comprensión de conceptos fundamentales dentro del pensamiento de Wallerstein. Si bien Wallerstein era un pensador sistemático y preciso, su obra no siempre es de fácil acceso, y este tipo de recursos divulgativos son esenciales para adentrarse en su compleja visión del mundo. Al desglosar y explicar conceptos clave, el libro de Agosto se convierte en una herramienta invaluable para quienes desean acercarse a las ideas de este sociólogo que, a pesar de la aparente desaceleración de su recepción en el discurso académico y político contemporáneo, sigue siendo una referencia indispensable para entender las dinámicas globales que configuran el mundo en el que vivimos.

No hay comentarios: