28.9.25

Josep Pla o la razón narrativa, de J.M. Castellet

Josep Pla es uno de los mejores escritores españoles del siglo XX. Que pareciera disfrutar tocándole las narices a todo el mundo nos hace además quererle.

El personaje que creó o dejó que crearan resulta fascinante: un hombre misógino, parlanchín, con sonrisa y boina perpetuas, que tras viajar por medio mundo decidió quedarse a fumar tranquilo en su masía del Ampurdán.

Escribió miles de páginas, casi siempre desde el Yo, donde contaba lo que veía y lo que pensaba. No hay en ellas grandes aventuras ni gesticulaciones, sólo un tipo que recorre un siglo en llamas con los pulgares en el cinturón y murmurando que no hay nada mejor que ser un campesino sencillo.

Su dietario en cuatro volúmenes es imprescindible. En ellos recorremos toda una vida, desde su juventud de estudiante en Barcelona, al corresponsal en el Berlín de Weimar, pasando por Italia, Madrid y su retiro en el Ampurdán, donde moriría en 1981. Lo conforman El Cuaderno GrisNotas DispersasNotas para Silvia Notas del Crepúsculo. Los cuatro se han reeditado juntos en al menos dos ocasiones en los últimos años.

21.9.25

Lejos de mí, de Clément Rosset



La obra de Clément Rosset crece en espiral. Desde un centro nucleado en torno al problema de lo real, sus reflexiones se plasman en libros breves que escribe regularmente para matizar un poco más lo dicho anteriormente; pero siempre habla de lo mismo.  Para este filósofo francés, lo que llamamos “real” es una cosa idiota y cruel, o sea muy poca cosa, y por eso inventamos “dobles” salvíficos que tratan de dar cierto sentido a todo, y evitan así que veamos este puerco mundo tal cual es y queramos saltar debajo de un autobús.

Paradójicamente es un tipo muy divertido; a veces incluso hilarante.

Hay muchos libros suyos recomendables, pero uno que es fácil de encontrar en las librerías, que no pasa de las noventa páginas, y que no requiere conocimientos rossetianos previos es Lejos de mí.

Este libro habla de la identidad personal. O sea, ese lugar común de la filosofía que consiste en llevarse las manos a la cabeza, y con gesto compungido y teatral preguntarse: “¿quién soy yo?”

14.9.25

La aventura de lo político, de Julien Freund

 

Julien Freund (1921-1993) fue un filósofo político francés a quien los dioses de la fortuna no han mirado con buen ojo. Publicó mucho, pero no ha tenido gran difusión, ni en su país ni en el nuestro, donde se ha traducido algún libro suyo sin gran resonancia. En España es únicamente conocido, aparentemente, porque hay dos profesores de cierto prestigio que le reivindican con furor: Jerónimo Molina y J.C. Valderrama. La explicación de su ostracismo tiene que ver en gran parte, seguramente, con que no es políticamente correcto, pero también con que se retiró de la vida académica demasiado pronto y no dejó discípulos.

Su obra principal es La esencia de lo político, que fue su tesis doctoral, de más de ochocientas páginas en letra pequeña, y que se digiere despacio porque cada párrafo rezuma nutriente intelectual. En parte es una exposición y sistematización del pensamiento político de Max Weber, Carl Schmitt y Raymond Aron. Es una obra genial que esperamos poder terminar algún día, pero de momento ya nos vemos legitimados para asegurar que Freund se merecería tributar entre los grandes filósofos políticos del siglo XX solo por este libro.

7.9.25

Palabra de hombre, de Roger Garaudy

Roger Garaudy (1913-2012) fue el filósofo más o menos oficial del Partido Comunista Francés durante varias décadas. Estalinista a la par que cristiano y existencialista, sus textos son certeros y dogmáticos. En ellos se defiende entre otras cosas una concepción trascendental del "hombre" como puntal de lucha y sobre el que se habrá que construir el socialismo futuro.
Por supuesto es un autor olvidado cuya única vigencia se debe precisamente a la reacción histérica que provocó entre los postestructuralistas (Cuando Foucault hablaba de la "muerte del hombre" lo hacía precisamente contra la obra de Garaudy).

A mí, claro está, el tipo me chifla.