La cabecera de este trabajo nos evoca también el texto de José Ortega y Gasset Del optimismo en Leibniz. Se hace entonces inevitable leer las Coplas desde el optimismo leibniziano. No es, claro está, un optimismo irracional que se niega a ver las calamidades del mundo, sino un optimismo paradójico que considera que, a pesar de todo, vivimos en el mejor de los mundos posibles; un optimismo que abraza la realidad sin regodearse en la tragedia, un optimismo de lo óptimo posible.
26.2.23
El optimismo en las "Coplas a la muerte de su padre" de Jorge Manrique
Hablar del optimismo en las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique parece casi un sarcasmo, pero, una vez que las leemos, se desvanece la perplejidad inicial.
19.2.23
La ceremonia del porno, de Andrés Barba y Javier Montes

Sin
embargo algo hay de cierto en la proposición. La pornografía cambia
nuestras vidas, nos habla de quién podemos ser y de la máscara que según
Ortega todos llevamos y bajo la que “se retuerce nuestra personalidad
erótica”. La pornografía nos interpela, nos descubre quiénes somos y nos
hace más nosotros.
12.2.23
El padre de Blancanieves, de Belen Gopegui
El postcolonialismo es una rama actual de las ciencias sociales que intenta cartografiar los hábitos y creencias que persisten en los países colonizados una vez que las potencias colonizadoras se han retirado. Comenzó en la India, impulsada por pensadores locales con formación occidental, y luego se expandió a América Latina a través de los académicos hispanos en universidades norteamericanas. A pesar de sus fallos, como la jerigonza técnica y los enfrentamientos entre distintas escuelas académicas, el postcolonialismo aporta ideas interesantísimas que resultan esenciales para entender y pensar globalmente nuestro mundo.
Para comprender algunos de los conceptos clave en la crítica postcolonial, es necesario retroceder a la obra de Antonio Gramsci (1891-1937). Como se sabe, este filósofo italiano trató de adaptar el marxismo a la realidad de su tiempo. En una Italia con pocos obreros industriales y aún menos con conciencia de clase, la revolución predicha por Marx parecía imposible. Gramsci propuso que la lucha debía comenzar por conquistar la hegemonía, a través de formas no violentas de adoctrinamiento como la educación y los medios de comunicación, e incorporar a los subalternos (campesinos y aquellos explotados que no eran necesariamente obreros).
5.2.23
Madrid, de Andrés Trapiello
Andrés Trapiello debe de tener mucha disciplina como escritor. O tal vez ninguna vida social. La velocidad con la que publica libros es perturbadora. Da la impresión de que no hace otra cosa en su vida más que escribir. Su prosa es de esas que parecen salir fácil, liviana, como si no se pensara demasiado en ella. Aunque todos sabemos que, en realidad, ese estilo sencillo es el más difícil de lograr. Para que nos parezca que no ha habido esfuerzo detrás, seguro que dedica horas de reescritura a cada página.
Recientemente ha aparecido Madrid, su último libro hasta la fecha. Una edición de Destino, cuidada, bonita y con tapa dura; una edición que parece querer perdurar. Es como si se adivinara que, en unos años, será un pequeño clásico. Son más de quinientas páginas con ilustraciones, la mayoría de las cuales narran una autobiografía atravesada por la ciudad de Madrid. El último tercio se convierte en una mini enciclopedia sobre la ciudad.
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